He venido a pasar unos días a Pineda del mar (Barcelona) y como es normal en mi me fijo en las cosas que carecen de sentido o que están mal hechas.
No puedo evitar pensar la facilidad con que se nos multa a la mínima infracción que cometemos las personas corrientes, los que no estamos en el escalafón social de políticos, poderosos o adinerados; por ello me choca la impunidad de quienes hacen las cosas mal y que nos colocan en situacionnes embarazosas, por las que, reglamento en mano se nos podría multar.
En este caso me ha llamado la atención la señalización de esta rotonda:
Si nos fijamos en la señalización, en el centro de la misma encontramos la señalización típica de las rotondas, pero si vamos circulando veremos otra.
Esta segunda señal no es de indicación, es de obligatoriedad, por lo que, de acuerdo a la señalización, sería obligatorio dejar de circular por la rotonda y continuar porla calle a la que apunta la misma.
Realmente sabemos que su intención era la de indicar que por la calle de la izquierda no se puede circular y por la de la derecha si, pero esa no es la señalización adecuada; y es curioso, porque el resto de rotondas si que están bien señalizadas.
¿A quien multamos? cuando yo me equivoco y cometo una infracción involuntariamente, me sancionan igual, el desconocer una norma no exime de su responsabilidad. En su justa medida debiera existir una vara de medir inversa y que cada uno que pasasemos por uno de estos puntos pudiesemos recaudar algo del responsable de la misma.
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