De Ferropedia, la enciclopedia colaborativa del ferrocarril
El día 3 de enero de 1944 colisionaron dentro del túnel número 20 (demolido en 1987) de la línea Palencia-La Coruña, a la altura de Torre del Bierzo, León, un tren correo, una locomotora en maniobras y un tren de mercancías.
El correo-expreso número 421, proveniente de Madrid y con destino La Coruña llevaba casi dos horas de retraso cuando el día 3 de enero de 1944 hizo su entrada en Astorga. Era un poco más tarde de las 12 de la mañana.
Llevaba dos locomotoras y 12 coches. Según testigos del accidente, la locomotora titular no frenaba bien y se le había añadido expresamente la segunda locomotora para paliar este problema.
En Astorga se retrasó 9 minutos más comprobando el sistema de frenado.
En la estación de La Granja, a mitad de descenso de un puerto, efectuó su parada reglamentaria.
La locomotora acoplada tenía una avería y hubo que desengancharla.
El maquinista de la locomotora titular advirtió del problema de frenado que tenía la máquina pero aún así se reanudó la marcha con una sola locomotora.
En el descenso del puerto, el convoy ganó velocidad. Tenía que efectuar parada en Albares pero el maquinista no pudo frenar.
El jefe de estación de Albares vio pasar el tren a toda velocidad a las 13 horas y 10 minutos.
Inmediatamente telefoneó a la estación de Torre del Bierzo para anunciar que el correo 421 había perdido los frenos.
El jefe de Torre del Bierzo mandó poner traviesas en la vía para intentar frenarlo, pero no dio tiempo. En menos de 5 minutos el correo entraba en la estación haciendo sonar el silbato en señal de alarma y continuó hasta entrar en el túnel número 20.
Principalmente el mal estado de las infraestructuras ferroviarias fueron la
causa del accidente.
A ello hay que añadir la presión a la que supuestamente estuvo sometido el maquinista del tren correo para continuar viaje aún sabiendo que los frenos no estaban en buen estado.
La tragedia fue mayor al producirse el choque dentro de un túnel e incendiarse los vagones que dentro de él quedaron.
Si el choque se hubiera producido al aire libre, seguramente las consecuencias hubieran sido menores.
Por otra parte, el desastre pudo ser mayor si el maquinista de la locomotora de maniobras no se hubiera sacrificado y el mercancías no hubiese frenado.
El retraso del tren correo también influyó en el choque, ya que este convoy se encontró con la locomotora de maniobras y el mercancías a causa del mismo.
El juzgado de Ponferrada levantó 58 cadáveres. En la sentencia del juicio al maquinista del tren correo se estableció un total de 83 muertos y 64 heridos.
Posteriormente
Renfe admitió 78 muertos y 75 heridos.
En el libro Guinness de los récords figura como una de las más grandes tragedias ferroviarias de la historia con un balance de 500 a 800 víctimas (cifras no confirmadas).
Ante estas cifras tan contradictorias (debidas a la censura franquista, que siempre ocultó la auténtica cifra de bajas) se estima que el balance real rondaría los 150-200 muertos.
Hace unos años se emitió por TV un reportaje sobre el accidente, en el que también se comentaba la actuación de la censura en el número de víctimas. Una tragedia que se podía haber evitado.
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