Una trampa sin sentido, porque realmente las trampas se utilizan para cazar una presa o alcanzar un objetivo, en cambio esta trampa no consigue nada.
Entramos a León desde Puente Castro, desconocemos el reciente acceso prohibido a la Avenida de Fernández Ladreda y pretendemos dirigirnos hacia Astorga, Benavente o la autopista A-66 hacia Oviedo.
Una gran señal nos informa de la ruta a seguir, haga la rotonda y continúe por la tercera salida.
Esta señal estaba ineficazmente tapada con bolsas de plástico que se han desprendido, sea como fuere la señal está ahí para confusión de los usuarios.
Por si no fuera suficiente unos 20 metros antes tenemos otro panel de direcciones que nos indica exactamente lo mismo.
La sorpresa llega cuando giramos en la rotonda y por la ruta indicada nos encontramos un gran semáforo en rojo.
Por orden de preferencia el semáforo prevalece a las señales verticales, por lo que no es nada sorprendente encontrarnos vehículos parados en el semáforo interrumpiendo la circulación en la rotonda.
Aunque también hay quien se lo salta sin más.
Esa obra es un burdel
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